jueves, 29 de enero de 2009

Mónaco, mucho glamour y poco juego


El Principado de Mónaco es el hogar de millonarios y celebridades, pero cuenta con uno de los equipos más flojos de toda Europa. Además, para peor, sus jugadores no son nacidos en el Principado y, cuando ganan, sus rivales apelan y se llevan la victoria.


Mónaco tiene un equipo nacional, fundado hace diez años, que compite contra Azerbaiyán, Bosnia, Chipre y Eslovaquia en la Copa de las Naciones Europeas.

Esta Selección no tiene estadio, técnico, jugadores profesionales ni, lo que es más vergonzoso, ciudadano alguno de Mónaco, lo que significa que a menudo pierde en atractivo los pocos partidos que gana en su cancha.

"Como no tenemos ningún jugador que reúna los requisitos para jugar por Mónaco, nuestros rivales, a menudo, apelan y acaban adjudicándose la victoria", le dijo a la agencia Reuters el pilar Matthieu Louppe.

Mónaco, que ocupa el penúltimo lugar de su Grupo, recibe el sábado a Azerbaiyán. El ex capitán de Francia Jean-Francois Tordo, que vive cerca, accedió a proveerles de los tan necesarios consejos técnicos para mejorar su juego.

Instructor de ski

Como el plantel no tiene permiso para arruinar la cancha de fútbol del Estadio Luis-II de Mónaco, el equipo entrena y juega sus partidos como local en las canchas de varias ciudades francesas emplazadas cerca del Principado.

El equipo está compuesto mayoritariamente por jugadores de los clubes de Mónaco y de la cercana ciudad de Menton, quienes están acostumbrados a enfrentarse en una liga regional de bajo perfil.

En el plantel hay un sudafricano, mientras que otro es marroquí. También hay un instructor de ski canadiense y un comerciante británico."Cuando estamos en la cancha somos todos iguales, todos nos sentimos muy orgullosos de nuestro equipo de rugby, de nuestros colores y de nuestro himno", sostuvo Louppe.
En su primer partido en la actual temporada, el equipo enfrentó a Bosnia y el plantel estaba ansioso por arrasar con los visitantes, que venían cansados luego de un viaje de 30 horas a bordo de un micro. "Pensamos que sería fácil, pero no tuvimos ninguna oportunidad y perdimos 50-5", recordó Louppe. "Qué bueno que no vinieron en avión", agregó.

Entonces vino el viaje a Chipre. Los jugadores de Mónaco tenían plena confianza en sus fuerzas, pero pronto se dieron cuenta de que todos sus adversarios venían de una base militar británica y jugaban bien. Los locales se impusieron 22-3. "Son británicos, pero inmediatamente tienen derecho a jugar por Chipre", se quejó Louppe, que es residente de Mónaco y aún espera que le otorguen la ciudadanía. "Nosotros tenemos que esperar tres años", explicó.

También admitió que el rugby de Mónaco no tiene nada que ver con el de Francia. "Aquí estamos a años luz del rugby francés. Somos un equipo improvisado con mucha pasión, que es lo que nos mantiene unidos. Somos extremistas del rugby", concluyó.

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