martes, 29 de septiembre de 2009

Preservando privilegios




Por más que se pongan piel de cordero y que con gran poder de marketing pretendan ser los “buenos” de la película, los que siempre nos desconsideraron y mantuvieron al margen de las grandes decisiones, pretender seguir siendo los que definan la torta. Ahora usan otro maquillaje; se escudan en un rugby que nunca permitieron, buscando notoriedad. Para eso busca ejemplos absurdos que solo existieron por privilegios abusivos.
Bajo el título “Rugby del bueno: ¿Agoniza o puede renacer?” , el ex jugador del CASI y actual Presidente del Club Virreyes, Marcos Julianes, da una serie de opiniones que, con todo respeto, lejos estamos de compartir, como si la llegada del profesionalismo fuera el Apocalipsis para el rugby Argentino y fomenta una división para nosotros inadecuada. Debajo de este comentario publicamos íntegramente esa nota.

Se preguntó antes de escribir esto el señor Marcos Julianes, porque en 1985 era el CASI (un club más en el espectro argentino) y no un seleccionado provincial el que jugará con Nueva Zelanda?. No le pareció aquello un privilegio?.
Se preguntó alguna vez este señor porque hasta hace muy poco tiempo el voto de un club porteño (el suyo entre ellos) en la UAR, valía tanto o más que el de una Unión provincial?. Tampoco nunca reparó en esto?

Si alguna vez le preocupó tanto la diferencias de fuerzas porque no abogó antes para construir un rugby federal o no mantener los intereses absurdos de algunos clubes de Buenos Aires, entre ellos el suyo, hasta casi el presente?. No se enteró?

Se olvidó este señor que su club atrajo y “sedujo” (todavía lo hace) a muchos jóvenes jugadores de las provincias para fichar por el, por más que ahora seguro salgan a decir que fue decisión de cada uno y que hay muchos clubes de Buenos Aires que lo siguen haciendo? Hay muchos ejemplos de entrerrianos, marplatenses, bahienses, etc. para mencionar y que no son de ahora. Inclusive muchos ya dejaron de jugar, lo usaron de trampolín internacional y son entrenadores rentados y no tiene nada de malo, al menos para nosotros.

Una buena pensión o el pago de sus estudios muchas veces es suficiente. Porque no protestó antes?. Quien nunca vio tantas cosas en tantos años ahora se despierta al mundo. Se le abrieron los ojos ahora que hay que remar en su “nuevo” club, como lo hace la mayoría de los clubes de la Argentina integral. Tal vez si hiciera unos pocos kilómetros más se enteraría que sus proyectos no son únicos ni exclusivos.

Es tan cortito su panorama que solo ve el rugby de Buenos Aires y sigue hablando como si fuera de todo el país. Ahora descubrió que el Pladar es el dueño de todos los males, cuando sabemos desde hace un montón que el amateurismo marrón domina el rugby porteño. Nunca lo vió ?. Nunca vio tantas cosas en tantos años?. Sabe el amigo Julianes que no es posible hacer un buen torneo argentino de clubes, porque los clubes de Buenos Aires (entre ellos el suyo. CASI lo sigue siendo, creo) se niegan a perder privilegios? Cual es el espíritu de club, jugar entre los amigos privilegiados?.

Si hasta en modestos clubes provinciales se les paga a determinados jugadores o se los atrae con un empleo bueno y rentable para jugar en sus filas. Seguro que pondrá en marcha las clásicas muletillas. “Yo no lo puedo comprobar” o “a mi no me consta”. Parece demasiado inocente.

Las últimas frases de su escrito suenan a hueco. “Son los directivos de los clubes los que deben salvar a sus clubes y al Deporte para 50.000 jugadores actuales (hay muchos más en Argentina) más el futuro. Porque nadie puede ser tan iluso de pensar que la otra elite piensa en el bien de nuestros jugadores. Mucho menos los de la IRB que cobran por atender siempre la rentabilidad de este descomunal negocio caiga quien caiga”.
Los clubes unidos pueden intentar un camino alternativo más sano por el cual nuestro juego siga valiendo la pena”.

A que clubes? A los que ahora pueden perder privilegios?. A los que siempre tuvieron todo, como el mejor desarrollo, los mejores técnicos a mano, los mejores partidos internacionales pagados por todos los argentinos?.

Habrá que decirle a este señor que parece haber descubierto el “ rugby del bueno a partir de haber fundado un club como Virreyes, que está totalmente equivocado. En la República Argentina, seguramente más de un setenta por ciento de los clubes tienen los mismos o superiores problemas que ese club y mucho menos posibilidades por estar lejos de la gran urbe. Es posible que muchos practiquen un rugby del bueno muy poco cercano al que el pretende y que no le tengan miedo al profesionalismo, por el profesionalismo mismo, sino porque llegue gente que no sea del rugby, lo cual es absolutamente diferente. Sabrá adonde queda el Atlético Brown de San Vicente (Santa Fe) o San Martín de San Jaime de la Frontera (Entre Ríos), que tienen más problemas que muchos pero trabajan para superarse. Con no más de 6.000 habitantes en esas localidades, hacen maravillas y rugby del bueno .

Este señor sabe cuanto pone de su bolsillo un jugador de provincia para disputar sus torneos locales y/o regionales? Sabe de los kilómetros que recorren en cada año y no se quejan? Saben que algunos juegan los días domingos, porque muchos de sus integrantes trabajan hasta los sábados por la tarde?.

También por ahí cree el señor Marcos Julianes que el periodismo es parte de la acechanzas del mal, olvidándose que si no fuera por el periodismo Virreyes sería uno más entre los clubes argentinos, al menos para la mayoría de la gente. Hay muchos Virreyes sin marketing en el rugby Argentino, lo cual evidentemente desconoce.

Casi todos los Pumas del 2007 son profesionales pero mantienen valores firmes como la educación, la amistad y la colaboración desinteresada con su cubes de origen como Ledesma, Ayerza, los Fernandez Loobe, Hernández, los Contepomi, Pichot, Leguizamón en su Santiago natal, por nombrar algunos.

Tal vez el mejor ejemplo sea Marcelo Loffreda, no por algo entrenador de esos profesionales. Estudió y se recibió de ingeniero y también estudio y sigue estudiando sobre el juego. Le pone la misma pasión amateur y ahora es un “maestro” del rugby. Actualmente enseña a los chicos del SIC y no hay diferencias en valores que lo marquen como profesional o amateur. Quizás solo una: trabaja como profesional y siente como amateur.

Muchos chicos provincianos, me repiten a diario. “Nosotros ponemos plata para jugar, pero hacemos todo como profesionales, comprometidos con el juego y los amigos”. He visto a entrenadores rentados , sentir y sufrir como amateurs y por el contrario a otros devenidos en entrenadores amateurs, quien sabe porque designio, insultar a su jugadores.

Rugby del bueno , es otra cosa. Esto es solo buscar confundir para obtener determinados beneficios y mantener un statu quo, que beneficia a unos pocos en detrimento de la mayoría. El rugby argentino del bueno se juega desde Tierra del Fuego a Jujuy y desde las Cataratas del Iguazú a Mendoza, pasando entre otras por Buenos Aires. Yo me preocuparía mas por la educación en los valores del rugby que por si hay dinero de por medio.

Le recomendaríamos mas vale leer el “Código de conducta”. "Somos simplemente un grupo de gente que quiere al rugby, que trabaja para pregonar su espíritu y para que la familia sea parte de este deporte", destacó Pablo Carretón, a cargo de la subcomisión de Asuntos Institucionales de la Unión de Tucumán.
Por ahí puede estar el camino.

Enfrentar amateurismo y profesionalismo es la más fácil. Lograr que convivan como debe hacerlo el rugby de toda Argentina, es la meta.



La nota de Julianes.

Rugby del bueno: ¿Agoniza o puede renacer?
Por Marcos Julianes
Dicen los expertos que si no hay cambios radicales, al mundo le quedan 100 años de vida. El mundo necesita dirigentes de fuste que se animen a torcer lo que parece inevitable según el Mercado y la Globalización.
Me animo a decir que en el Rugby Vernáculo pasa igual. Son los directivos de los clubes los que tienen que tener la determinación para hacerle frente a las fuerzas del Mercado que nos hacen creer que no hay forma de oponerse a lo que se viene.
Tal vez esto del Tri Nations nos juegue a favor en lo que a toma de decisiones se refiere.
La esperanza está puesta en los clubes. Tal vez ahora sí en nuestros queridos clubes entendamos que llegó el momento de animarse. Hasta ahora se ha ido manejando la cosa. Porque hasta ahora, con excepciones, los cambios se vinieron sucediendo en pequeñas dosis. Sin prisa y sin pausa. Si hasta con un poco de ganas, hemos podido NO ver los cambios.
Llegó la fecha de vencimiento. La presión que va a meter este grupo de elite (50 jugadores, algunos entrenadores, algunos dirigentes y mucho periodismo) va a ser contundente: debemos profesionalizarnos a fondo para estar a la altura de las circunstancias. Si no lo hacemos…!!vamos a perder!!
No es “serio” perder. Sufrirían los televidentes. Se va a exigir a los jugadores dedicación total. Se acabó eso tan nuestro de trabajar, estudiar y jugar al Rugby. Si se juega al Rugby profesionalmente, hay que dedicarse full time ¿O acaso alguien conoce más de 10 jugadores de fútbol con estudios terciarios?
Pero es mas bravo aún: Estamos hablando de un deporte de alto contacto. En 1985, un año y medio antes del primer Mundial que abrió la tranquera, el CASI , campeón ese año, jugó en Ferro con los All Blacks. Perdió veinti pico a diez y pico ¿Alguien imagina hoy algo semejante? El Rugby presupone fuerzas parejas. No tendría ninguna gracia verlo perder al CASI por ¿200 puntos?. Pero lo grave es que estaría en cierto riesgo la salud de los jugadores nuestros.
No tengo duda alguna: es peligroso que compartan la cancha jugadores con dedicación full time, atletas con doble o triple turno diario, con jugadores amateurs que estudian trabajan y entrenan dos o tres veces por semana simple turno. La diferencia de potencia resultante de tanta mayor velocidad y tanto mayor peso muscular es abismal y con crecimiento exponencial.
Entonces ahora sí los clubes deberán decidir si cambian sus estatutos y abdican en favor del deporte profesional o se hacen fuertes en su historia y su convicción. Porque esto ya es algo que se puede palpar. No hay espacio que compartir. Por peligroso y por degradante. Porque no nos engañemos, que nuestro juego se viene degradando. Lo venimos futbolizando un poco cada día. Futbolizar el Rugby es matarlo también.
El fútbol también ha sido un deporte amateur. Pero hoy en el Fútbol o se trabaja desde Infantiles para intentar “llegar”, o se “juega” casados contra solteros post asado. Murió como Deporte formativo.
Eso sí: en todos los clubes de fútbol hay una oficina con un cartelito afuera que indica “Depto de fútbol amateur”. En esa oficina se encargan de fichar año a año al lote de jugadores seleccionados de todas las edades que llegan desde distintos puntos. O sea, en las Divisiones de fútbol de Boca no juegan los socios ni los vecinos. Juegan los que quedan luego de la selección (mejor tener un intermediario influyente), y cuando llega un pibe mejor, sale el anterior, que debe probar suerte en otro lado. Es bien individual la competencia: de club en club, de camiseta en camiseta, todos contra todos para quedar y algún día llegar y salvarse. No hay semilleros: hay convergencia del gran semillero que es el país. Claro, llega una ínfima minoría (¿el uno por mil?) El resto perdió el tiempo sin estudiar y sin saber hacer mucho más que patear la pelota ¿Amigos les quedaron? Alguno quizás.
En el Rugby ya estamos viendo las semejanzas. Por ejemplo, hoy para nuestros chicos ya no está tan mal cambiar de camiseta. Esa camiseta tan mencionada cuando se venera el espíritu de los jugadores argentinos ya no es tan sagrada acá. Hoy los chicos ven bien intentar suerte en un club mayor al propio. Los clubes grandes con cartel, recursos y tele captan de los vecinos. De Glew a San Albano, de Hipotecario a San Cirano, de GEI a Regatas, de San Andrés al CASI, etc etc.
Como resultado inevitable, la rueda de la desigualdad empieza a rodar: los clubes chicos no retienen a sus buenos jugadores y pierden competitividad. A su vez, los clubes grandes reciben a las promesas con lo cual relegan a los chicos formados en sus clubes para fortalecer sus equipos y mantenerse dentro del lote de los competitivos. Porque de esa manera tienen acceso a la televisación, con lo cual sus canchas y sus camisetas valen mas dinero, dinero con el cual pueden darle más beneficios a sus jugadores, lo cual realimenta el sistema.
En el medio, la necesidad de mantener el lugar en el top 14 o acceder a él hacen que se resignen poco a poco aquellos valores de amateurismo tan clásicos, desde la educación, la amistad con los de tu camada, las ganas de colaborar desinteresadamente en tu club.
Pero ahora viene lo más bravo: el interés económico de los player. Ya llegó via PladAR la alternativa de jugarse por el oficio Rugby. Es un trabajo. Estudiar tiene el costo de oportunidad. El oficio Rugby le gana la pulseada al Deporte Rugby Formador de personas. Ya tenemos en el Rugby lo que es tan común en el masivo Futbol o en el marginal Polo.
Dos frentes abiertos entonces: ¿Cómo hacer que los amateurs no jueguen con los profesionales?, y ¿cómo hacer para que la desigualdad no condene a los clubes chicos y degrade a los grandes?
Son los directivos de los clubes los que deben salvar a sus clubes y al Deporte para 50.000 jugadores actuales más el futuro. Porque nadie puede ser tan iluso de pensar que la otra elite piensa en el bien de nuestros jugadores. Mucho menos los de la IRB que cobran por atender siempre la rentabilidad de este descomunal negocio caiga quien caiga.
Los clubes unidos pueden intentar un camino alternativo más sano por el cual nuestro juego siga valiendo la pena.
Así como el planeta necesita dirigentes que puedan anticiparse al caos y cambiar nuestra forma de vida, así también el Rugby necesita un liderazgo que tuerza el rumbo.
Confiemos en los directivos de los clubes.

No hay comentarios: