Para la gran mayoría de los asiduos lectores de esta página, el siguiente tema parecerá un poco obvio. Tener una cancha exclusiva de Rugby es un privilegio con el que nacen todos los jugadores de naciones desarrolladas en este deporte. Poder practicar penales, drops y conversiones con las medidas reglamentarias es algo que se da por sentado, pero no es nuestro el caso.
En Colombia llevamos poco mas de 15 años desde que los primeros jóvenes guiados por extranjeros se aventuraron a practicar este particular deporte para nuestra cultura local, y lo hicimos en cualquier espacio verde disponible, parques, potreros, canchas de futbol y hasta la parte del jardín de la de béisbol. La demarcación inicialmente fue un lujo, muchos de nosotros no sabíamos que era la línea de 5 o 15 metros, solo usábamos vagamente la de 10 y la de 22 se limitaba a ser la misma del área en una cancha de fútbol, claro cuando podíamos acceder a una. Y si era un espacio verde todo lo que había, con conos nos tocaba defendernos.
Las H’s se improvisan en canchas de futbol amarrando tubos a los verticales del arco, haciéndola más ancha y baja. Las mallas muchas veces no permiten quitarlas, haciendo el try bajo los palos un poco peligroso para la integridad física del anotador. El ingoal es generalmente el limite entre una cancha y la otra que sigue inmediatamente en el mejor de los casos o muchas veces esta la pared o enmallado, dando no mas de 2, 3 metros de profundidad para un apertura bajo presión en un line de 5 y haciendo las patadas largas más propensas al scrum de donde se pateó. A veces toca poner la línea de try mas adelante de la línea donde están los postes, y patear la conversión a la altura de linea final, claro esta para brindar una tímida seguridad.
En Bogota, donde llevamos poco mas de 10 años de Rugby con una competencia regular, mas o menos cada Sábado y con una estructura de torneo (primero con 4 equipos hasta las dos divisiones masculinas de 7 equipos y 5 femeninos) hemos cambiado varias veces de lugar de juego, por carecer de los mínimos de seguridad y no ajustarse a nuestras necesidades. Hemos pasado de lugar en lugar como gitanos llevando nuestro extraño deporte, tratando de convencer a la gente que su apariencia áspera no es lo único que ofrece.
La gran cultura futbolística de nuestro país se horroriza ante la agresividad del deporte y los dueños de los lugares, ante el mayor desgaste de las canchas (algo empeorado por las grandes precipitaciones anuales de lluvia en Bogota), hacen que se retracten y no permitan mas la práctica del deporte en esos lugares rentados, sin dejar de mencionar que dan predilección por rentar los mismos a los practicantes del fútbol.
Sobra decir que acá la gran mayoría de clubes son sociales y no deportivos, por lo que estamos bastante lejos de que un Club de Rugby aspire a tener una sede y cancha propia, acá nos toca arrendar un espacio todos los sábados y jugar todos los partidos en un solo lugar. Algo que de todas maneras es muy agradable al ser los pocos jugadores una comunidad muy unida que se encuentran cada Sábado y donde se concentran partidos de todos lo niveles, tamaños y colores.
Afortunadamente hemos corrido con la suerte de dar con un lugar que ha respetado nuestra actividad y se ha contagiado de nuestro entusiasmo durante los últimos dos años. Los dueños han tenido intenciones de ayudar y nos han tratado como clientes serios. Han entendido que tienen todo el potencial de ser la sede de una comunidad y un deporte (siendo una particularidad del Rugby) que crece ante las adversidades en todo el mundo y que en un par de años será algo grande en nuestro pais.
Han sido empresarios con visión y proyección, por eso han accedido a construcción de la primera cancha de Rugby exclusiva de Colombia. Con las “H’s” fijas y reglamentarias, de 94 por 60 y con unos ingoales de 7 metros que parecen gigantes, a comparación de los escasos metros que hemos tenido siempre.
La ubicación del nuestro primer escenario para la práctica de nuestro amado deporte, se encuentra ubicado en la localidad de suba, administración que nos abrió sus puertas y creyó en este proceso de construcción y cambio para el rugby de Bogotá y Colombia.
Así que con ustedes lectores y amigos de Rugby de todo el mundo compartimos orgullosamente este pequeñísimo paso que esperamos nos permita seguir nuestro largo camino de avanzar en la practica del Rugby en nuestro país.
Un saludo especial a todos.
Juan Fernando Román
Comité Tecnico Liga de Rugby de Bogota
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