viernes, 13 de febrero de 2009

La sincera hipocresía

Según el nuevo estatuto que regirá los destinos del rugby Argentino , únicamente se permitirá el “profesionalismo” en los equipos seleccionados de la UAR (no todos), lo que incluyen a entrenadores. Uno quisiera que hubiera más gente profesional involucrada, las reglas son claras, pero no se cumplen en gran parte o todo el país. No son pocos los jugadores de cambian de clubes por alguna ventaja y hay entrenadores rentados
Nadie va a admitir que le paga a un jugador de rugby en la Argentina, pero en realidad todos sabemos que es así. Muchas veces se lo disfraza, pero que ocurre no hay dudas. Es el famoso amateurismo marrón.

Ocurre en las uniones provinciales en donde son atraídos hacia los grandes centros desde clubes en desarrollo o desde uniones cercanas; ocurre en Buenos Aires, donde gran cantidad de provincianos recalan, algunos de paso hacia el exterior y otros en forma permanente. Negar esto es imposible y si lo hicieran nadie les creería. Muchas veces, algunos “empleos”, disimulan estas condiciones.

También la prohibición de recibir remuneraciones es para entrenadores y si alguien tiene el tupe de negar que se lo haga, estaríamos en una cofradía de necios hipócritas en donde se niegan las realidades.

Pero lo peor de todo es que se lo niega a rajatabla con frases como: “a mi no me consta”. Claro, difícilmente se lo admita o haya un recibo de pago, o una mera constancia de ello, pero los entrenadores pagos están en todo el país, en clubes chicos, medianos o grandes, y en no pocas Uniones. Quien se anima a negarlo?

Muchos de los que se rasgan las vestiduras pregonando lo contrario, lo admiten en sus propios clubes y/o uniones. Tampoco faltarán aquellos que salgan a decir que “no tenemos pruebas” de todo esto. En una de esas tienen razón, pero no invalida que digamos basta a la sincera hipocresía.

Carlos Charquis

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