Saracens de Inglaterra fue adquirido por un grupo sudafricano, y éste desea realizar varios cambios: despedir jugadores, cambiar de lugar el estadio, y contratar a players de su país. En su columna, Tomi de Vedia analizó este tema y, entre otra cosas, se preguntó: ¿y los hinchas? ¡Disfrutala!
La pasión, ¿se vende?
Recuerdo cuando allá, por el año 1996, Boca hizo una cambio completo en su plantel, y yo, con muchas esperanzas, me dejé engañar por el nombre de Dream Team que la prensa decidió darle. No me olvido de que eso significó el alejamiento del Beto Márcico, del Mono Carlos Fernando Navarro Montoya y de otras figuras tan identificadas con el equipo de la Ribera. Las curiosas y nuevas incorporaciones, entre otros nombres, incluían al Flaco Christian Dollberg (no sé su paradero hoy en día), El Twitty Silvio Carrario y el arquero Sandro Guzmán, de quien alguien me dijo que dejó el fútbol para dedicarse al rap. Todo esto de la mano de un Bilardo que sostenía su planteo a base de cábalas.
Finalmente, terminó siendo el Nightmare Team, ya que las campañas fueron lamentables y yo terminé odiando a Bilardo y a casi todos los jugadores de ese equipo, quienes no tardaron en irse del club.
El martes pasado, el club londinense Saracens ha anunciado que 15 jugadores de su plantel, más el cuerpo de entrenadores, no serán requeridos para la temporada 2009/2010. Entre esos jugadores se encuentran algunas de sus máximas figuras. El ex All Black Chris Jack, el pilar samoano Census Johnston, o el inglés Kevin Sorrel, quien tiene una trayectoria en el club de más de 12 años.
Se sabe que el australiano Eddie Jones dejará su cargo. Será reemplazado por el sudafricano Brendan Venter, que ya pasado por las filas de los sarracenos es su época de jugador. El futuro director de rugby tuvo esta semana una reunión con los jugadores explicando el plan a seguir por el club.
Saracens ha sido adquirido por un grupo inversor sudafricano, que también es dueño de parte de los Natal Sharks y los Stormes. Los rumores dicen que tienen la intención de mudarse de Watford, al norte de Londres, al sur, quizás Fulham o Wimbledon, donde se encuentra la comunidad sudafricana más grande del Reino Unido. Además, otra idea es la de contratar varios jugadores de renombre de el país de los campeones del mundo y lograr así un mayor acercamiento del público, más ingresos y… ¿una identidad?
Esta movida le puede costar cara, ya que varios de esos jugadores tienen contratos que los ligan para la próxima temporada, y no son precisamente los más bajos. Para deshacerse de ellos deberá indemnizarlos de no conseguir aquellos otro club.
En un comunicado de prensa lanzado en su sitio de Internet expresa que puede ser tomada como una decisión apresurada en lugar de decidir al final de la temporada. Sin embargo, alegan que de esta forma los jugadores tiene la posibilidad de arreglar su futuro. Es un acto especulativo y despiadado disfrazado de diplomacia.
¿Nace un nuevo “Dream Team”? ¿Venter festejará con Gatorei?
Me surgen muchas preguntas. Si un club cambia de entrenadores, de plantel, de estadio, de barrio e incluso de hinchas ¿sigue siendo el mismo club? ¿o el arraigo a un club es algo de nuestro folcklore? ¿ La pasión se vende?
Tomás de Vedia
Jugador del London Irish y de Los Pumas
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