AHORA QUIZÁ ENTIENDAN

En Inglaterra están empezando a entender lo que significa que emigren sus mejores jugadores. Así nos desangramos en el rugby argentino hace años.
Hace varias semanas y con gran intensidad en los últimos días, los medios británicos cubren con horror la noticia de que tres de sus jugadores firmaron para jugar en clubes franceses. Temen que con la caída libre de la libra y la fortaleza del euro, sumado a que en el rugby francés no tiene tope salarial, se les vayan las estrellas del otro lado del Canal de la Mancha.



Que miren hacia el Sur y verán que es un tema que complica al rugby argentino desde los setenta cuando de a pocos jugadores se iban a Europa, cantidad que creció en los ochenta y a partir de los 90 y con el profesionalismo se multiplicó hasta números difíciles de conocer.



Martin Johnson podrá quejarse porque el convenio con los clubes para liberar a los jugadores de su grupo de elite para x cantidad de semanas anuales no incluirá a quienes jueguen en el rugby francés. De última, en avión o tren, Inglaterra y Francia están unidos umbilicalmente. Que le pregunte a Tati Phelan como hace, o como hizo el Tano Loffreda y antes que él a Imhoff, todos entrenadores nacionales en la era del rugby profesional.



Tal vez puedan ayudarlo.