miércoles, 14 de enero de 2009
Días negros para los All Blacks
En este último tiempo parece que los All Blacks y los problemas fuera de la cancha son sinónimos. Francisco Capizzi, desde Nueva Zelanda y para Rugby Fun, te cuenta los hechos policiales mas recientes, en los que los hombres de negro fueron protagonistas.
La historia se repite y ya es moneda corriente en Nueva Zelanda. Una vez más un jugador de los All Blacks tiene problemas policiales y será citado por un juez para prestar declaración.
En esta ocasión, el jugador que fue tapa del diario New Zealand Herald el pasado domingo por su mala conducta fuera de la cancha fue el ala, Sione Lauaki (17 caps y tres tries).
Todo ocurrió en las vísperas del Año Nuevo, pero la olla se destapó este fin de semana. Lauaki, fue arrestado el primer día del año, luego de causar destrozos en un motel en las afueras de Auckland.
Una fuente comentó que en la habitación del Greenlane Motor Inn, había tres ventanas y un televisor destruidos. El dueño del motel llamó a la policía que acudió con tres móviles y se llevó a Lauaki y a su novia en autos separados.
“Olía a alcohol y discutía con su novia. En la habitación apenas estuvieron cinco minutos. Perdió el control porque ella aparentemente quería dejarlo”, agregó la misma fuente. De todas maneras, Lauaki, luego de pasar por la comisaría, regresó al motel a la mañana siguiente y pagó $700 dólares neocelandeses, por los daños materiales.
No es la primera vez, que Lauaki, que representa a Waikato Chiefs en el Super 14, es noticia por su errónea conducta. En febrero del 2006 fue protagonista de un confuso episodio policial, cuando se lo acusó de robarle a un oficial de seguridad.
A nivel de noticias, ésta fue una semana jugosa para el periodismo amarillo kiwi. Primero, porque Jesse Ryder, una de las estrellas de los Black Caps (la selección de criquet), fue separado del plantel por alcoholizarse y segundo con las acusaciones que recibió Jerry Collins (ex ala de los AB´s y actual de Toulon) de atacar a una mujer en Francia.
Esto se suma al pasado 23 de diciembre, cuando otro de los alas de los AB´s, Adam Thomson, prestó declaración en el Juzgado de Hastings, por una denuncia por agresión que recibió de su novia. A su vez, en la misma semana, el centro de los Auckland Blues, Tasesa Lavea, también recibió cargos policiales, por ser detenido al conducir ebrio.
También en 2008, fueron noticia, Piri Weepu, medio scrum de los All Blacks y Wellington Hurricanes al ser arrestado por patear y demoler una puerta en un local de comida rápida y Jerome Kaino (Jugador IRB M-21 del 2004), al darle positivo un control de alcoholemia en la autopista de Auckland a las nueve de la mañana.
Entre tantos comentarios contra Lauaki, descalificando su actitud, el pedido más sensato de ellos provino de Gilbert Enoka, psicólogo de los AB´s: “Luego de quedar fuera del plantel que viajo a la gira europea en noviembre, la franquicia de Waikato Chiefs tiene que estar sobre Sione para cuidarlo”. Esta referencia llega luego de conocerse que Lauaki participó en varios programas sobre alcoholismo.
La fama que se generó alrededor del alcohol y los All Blacks siempre fue un mito. Pero uno de los pocos que se animó a hacerla pública fue Anton Oliver, ex hooker y capitán. En su biografía “Inside”, editada en el 2005, criticó duramente al entrenador John Mitchell por su inapropiada disciplina para frenar las salidas a los bares en la gira del 2001 por Escocia, Irlanda y la Argentina.
La lista de problemas de alcohol entre los hombre de negro es larga. La cultura de bar y cerveza en NZ es moneda corriente. El caso más resonante fue en julio del año pasado, cuando la New Zealand Rugby Union, al momento de renovarle el contrato al medio scrum Jimmy Cowan, debió agregar como condición que el jugador directamente no podía tomar una gota de alcohol. Se llegó a este límite, luego de las múltiples apariciones policiales de Cowan por incidentes en bares y clubes nocturnos.
De esta manera, no todo es color de rosa, entre los jugadores de negro. En Nueva Zelanda son celebridades, que deben mantener la su conducta y el protocolo de un All Black, las 24 horas los 365 días del año. Y últimamente esa es una máxima que no se cumple.
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