El rugby en más de una ocasión nos regala historias épicas, historias cargadas de lucha y esfuerzo por llegar a un objetivo.
Algunos son pequeños, otros mucho más grandes, pero historias como la del Pato Misson, nos demuestran que con trabajo, todo es posible.
En febrero de 2008, hace casi un año, Levante-EMV publicaba esta noticia:
Patricio Misón, jugador argentino de 34 años del club Abelles, se retirará de la práctica activa del rugby tras la grave lesión sufrida el pasado sábado en el derby local disputado ante el CAU, que acabó con victoria de Abelles por 0-15.
A los cinco minutos de encuentro, tras realizar un placaje, Misón cayó al suelo como consecuencia de un fortísimo encontronazo de un jugador rival, que le produjo la fisura de la séptima vértebra. Misón quedó paralizado “de cuello para abajo”, según confirmó el propio jugador ayer a Levante-EMV.
El jugador, de 34 años, quedó hospitalizado y con el paso de los días su estado ha ido evolucionando favorablemente, recuperando progresivamente toda la movilidad a excepción de las manos. Ayer se le realizaron más pruebas para determinar el posible grado de afección de la médula y hoy podría ser dado de alta.
Misón, conocido coloquialmente como Pato, es optimista y piensa que que su recuperación será completa: “He mejorado mucho estos días, soy muy optimista. Primero tendré que llevar el collarín un mes, la recuperación será lenta pero hay que tener paciencia”. Misón confirmó su retirada porque, de volver a jugar, “el riesgo de una lesión grave sería muy elevado”.
Y así fue: quienes vimos la lamentable acción del rival -compatriota, para más inri-, el golpetazo en el cuello, y cómo la ambulancia se lo llevaba del Río tras unos angustiosos y largos minutos, dábamos por retirado al Pato. Con preocupación por su salud, y también con el pesar de perderle para un ascenso que (esta vez sí) estaba al caer.
Patricio Misson aterrizó en Les Abelles en 2005, habiendo sido campeón de la URBA con Alumni. Con el mundialista rumano Vasile Flutur, al internacional escocés Hugh Ross Gilmour “Shaggy”, o más recientemente el uruguayo Agustín Pérez del castillo, Misson forma el póker de jugadores con más renombre que han pasado por el club. Su llegada a Valencia marca el sprint final de Les Abelles hacia la División de Honor.
De fuerte personalidad y figura algo desgarbada, Misson desplegó durante tres temporadas toda su sapiencia rugbística, su carácter y mando, el dominio del espacio en la línea. De centro o de ala, las cabalgadas con el balón y sus placajes inclementes azuzaron a un equipo ya de por sí guerrero como Les Abelles.
Terminó el curso con el ascenso a División de Honor; el Pato dejó el collarín y se reintegró a una vida “normal”. ¿Normal? Para un tipo con rugby en las venas, nunca podrá ser normal una vida sin su dosis de oval. Se especuló con su entrada en el staff técnico del club pero, desde hace unos meses, insistía Misson en volver a jugar.
Lo consiguió, claro: once meses después de su lesión, Patricio Misson retomó la acción en el mismo escenario donde la había dejado. Con el 14 a la espalda, formó de salida en el equipo B del club. Perdieron Les Abelles 15-22 en 1ª Territorial frente al primer equipo del Valencia Tecnidex, un rival ciertamente muy venido a menos. El Pato jugó el partido completo e hizo un ensayo, arropado por muchos otros veteranos del club, con los que -sobre las canchas- ayudó a forjar el presente de Les Abelles. Con el respeto de todos ellos y el resto de compañeros, podemos decir que fue el mejor.
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