sábado, 6 de febrero de 2010
INICIACION DEPORTIVA
Iniciación deportiva
06/02/2010 | Quiero compartir con los “entrenadores” que durante este año eligieron estar frente a un grupo de niños, adolescente y/o jóvenes, enseñándoles y entrenándolos en este hermoso deporte que es el Rugby. Así inicia nuestro amigo Oscar Baruffato, Profesor de Educación física, referee de la USR y a cargo desde hace unos años de infantiles en Esperanza. Ponemos a consideración de nuestros lectores su artículo.
“Quiero compartir con los “entrenadores” que durante este año eligieron estar frente a un grupo de niños, adolescente y/o jóvenes, enseñándoles y entrenándolos en este hermoso deporte que es el Rugby. Sin dudas que muchos lectores ya lo “saben”, pero creo que viene muy bien releerlo, sobre todo en esta época del año donde se ven “caras nuevas” de chicos que nunca han “tocado” una pelota; o bien los nuevos entrenadores de las categorías, que han sido designados por la CD del club, quienes deberán realizar un muy buen diagnóstico del grupo, y en base a ello realizar una planificación lo más completa posible, sin sortear ni quemar etapas, obteniendo la formación integral del jugador de acuerdo a su edad y desarrollo evolutivo.
“ La iniciación deportiva (Extraído de “Bases para una Didáctica de la Educación Física y El Deporte”, de Sánchez Bañuelos, Fernando - Edit. Gymnos)
La pregunta que parece surgir siempre sobre el tema de la iniciación deportiva es: ¿Cuál es la edad más conveniente para que el niño se inicie a aprendizajes deportivos específicos?
Jolibois (1975), en su tratado específico sobre el tema, propone el período comprendido entre los siete y los ocho años, como el momento más adecuado para la iniciación deportiva, calificando éste período como “la edad del aprendizaje”, otros muchos autores coinciden con ésta opinión que, en líneas generales, es aceptable y que encuentra apoyo en una serie de razonamientos teóricos y datos experimentales, sobre aspectos evolutivos.
No obstante, al respecto, resultará conveniente hacer una serie de matizaciones: La edad cronológica y la edad biológica pueden no coincidir. El ritmo de crecimiento y maduración puede tener tantas diferencias individuales casi como individuos existen. La iniciación deportiva auténtica lleva implícita un principio de especificidad como base de una futura especialización. Un contacto con un deporte a nivel de juego o de información muy general, no es considerado aquí con la suficiente entidad para calificarlo como tal. La edad a partir de la cual puede resultar adecuado lo uno y lo otro, en líneas generales no coincide.
Las características del deporte pueden influir de una manera determinante en la edad adecuada para su iniciación. Para ser introducidos en edad temprana muchos deportes necesitan de unas modificaciones de adaptación drásticas para hacerlos accesibles, y su práctica con todas las consecuencias vendrá mucho después.
A partir de aquí, quiero presentar a continuación una serie de puntos específicos todavía no tratados en la exposición precedente. Como ya se ha dejado ver, entendemos el concepto de “iniciación deportiva” en un sentido amplio; no consideramos a un individuo iniciado, hasta que no es capaz de tener una operatividad básica, sobre el conjunto global de la actividad deportiva, en una situación real de juego o de competición.
Por tanto, nos movemos dentro de un concepto de operatividad motriz y no de comprensión y memorización de una serie de datos a nivel verbal.
De acuerdo con lo dicho, según nuestros criterios, la enseñanza en ésta etapa, puede estructurarse según las siguientes fases:
“ Presentación global del deporte : durante ésta fase, (breve en lo posible), se hará comprender al alumno los objetivos y significado del deporte y se dará conocimiento de las reglas fundamentales, sobre todo de aquellas que sean determinantes para delimitar el tipo de ejecución y las técnicas específicas. Por ejemplo, el basquet sería un deporte de unas características totalmente diferentes si el reglamento no exigiera picar el balón para desplazarse con él.
”Familiarización perceptiva: las características perceptivas de la actividad en sí y del entorno en el cual debe desenvolverse, tienen que ser asimiladas al menos en sus aspectos más fundamentales para que puedan aprenderse con éxito los elementos iniciales de ejecución. Éste es el momento para que el alumno empiece a formar una “atención selectiva” en función de la que poder estimar correctamente el valor que tienen los diferentes estímulos presentes y la importancia o insustancialidad de la información que conducen. El profesor, que sí sabe dónde radica la información de importancia, debe orientar la atención del alumno al respecto, por medio de ejercicios que lleven al alumno de una manera lo más inequívoca posible, a descubrir los indicios correctos.
”Enseñanza de los modelos técnicos de ejecución. Todos los deportes tiene una técnica o técnicas de ejecución de una eficiencia probada al menos empíricamente. Estas técnicas se constituyen en modelos de eficiencia a asimilar. Por regla general, integran una secuencia de movimientos complejos, fruto, en la mayoría de los casos, de una larga evolución y una cuidada elaboración. En algunos deportes, atletismo, por ejemplo, éstas técnicas constituyen la actividad en sí mismas, en otros deportes, las diversas técnicas son los fundamentos que adecuadamente combinados configuran la actividad global. La instrucción directa, por razones de eficiencia ya dichas, que no queremos reiterar, es necesaria en ésta fase. El tipo de práctica global o analítica vendrá determinado según al análisis del deporte en cuestión según las pautas para ello ofrecidas en el capítulo anterior. El alumno en ésta fase, tiene que llegar a una ejecución correcta en líneas generales.
“ Integración de los modelos técnicos en las situaciones básicas de aplicación: A medida que se van cubriendo objetivos en las fase anterior se deben plantear situaciones lo más próximas posibles a la situación real en las cuales el alumno pueda experimentar la dificultad real de ejecución que implican los diferentes elementos en su contexto auténtico, por ejemplo, en el rugby, es muy diferente la dificultad que plantea un ejercicio de asimilación técnica de 2 vs 1 donde este jugador no ejerce presión, que cuando dicho jugador tiene la opción de tracklear. En una serie de deportes, todos aquellos que hemos calificado con anterioridad de “básicos”, generalmente individuales y sin un componente táctico motriz sustancial, ésta fase supone la culminación de la etapa de iniciación y el alumno, ya deportista, habrá alcanzado la operatividad prevista, pero en otros muchos deportes individuales o colectivos, donde el componente es determinante, será necesario pasar a la siguiente fase.
“Formación de los esquemas fundamentales de decisión. La formación de una adecuada táctica individual es un proceso a veces totalmente desatendido o simplemente dejado al azar. Esta actuación docente en el terreno deportivo debe ser, a nuestro juicio, totalmente revisada, no solamente por lo que pueda tener de ineficiente, sino también porque soslaya un desarrollo de los aspectos cognitivo motrices, induciendo en muchos casos, a una ejecución cuasi mecánica. La estimación correcta de la adecuación - inadecuación de las diversas alternativas motrices, en una circunstancia determinada, supone un largo proceso de aprendizaje, así como el perfeccionamiento de los elementos técnicos de ejecución, pero las claves fundamentales pueden ser asimiladas por el alumno en ésta fase de forma que, en el futuro, el desarrollo de su esquema de decisión se vea facilitado. El profesor debe plantear situaciones de enseñanza en las que, de una forma gradual, partiendo de alternativas binarias, dos posibilidades, por ejemplo, en fútbol, juego de pases, tres atacantes, dos defensores, pase al primer toque, la alternativa táctica básica es binaria, pasar a uno o al otro compañero hasta llegar a situaciones de decisión múltiple. De esta forma, el alumno irá adquiriendo un sentido táctico, y una capacidad de anticipación cognitiva, es decir, intuir qué es lo que va a hacer el oponente en función de qué es lo que sabe hacer mejor y qué es lo más probable. Por ejemplo, si en basquet un jugador se percata de que su adversario siempre finta primero y después tira, tendrá más oportunidad de bloquear sus tiros. El conocimiento de las alternativas posibles en cada situación y la eficacia lógica de cada una debe poder llegar a ser conocido a nivel motriz operativo por parte del alumno, mediante un sistema más eficiente y directo, que un penoso proceso de ensayo y error, orientado quizá de una manera casual o caótica. Para aquellos deportes individuales, ya sean el “línea o de adversario”, ésta fase constituye la culminación de la etapa de “iniciación”, pero en los deportes de carácter colectivo o de equipo, la iniciación no quedará completa hasta que se hayan cubierto las siguientes fases:
“Enseñanza de los esquemas tácticos colectivos. La comprensión de las estrategias básicas de conjunto, tanto de carácter ofensivo como defensivo, deben ser planteadas en ésta fase de una manera sistemática. El significado de la aportación individual en el esfuerzo colectivo debe ser uno de los puntos didácticos clave, así como la asimilación de la aplicabilidad eficiente de cada estrategia.
“Acoplamiento técnico y táctico de conjunto. La construcción de un sentido de trabajo en equipo, el factor cooperación constituye la cúspide de la iniciación deportiva en los deportes colectivos. Esta fase está llena de matices educativos profundos, el alumno tiene que darse cuenta de que no puede sacrificar la labor del conjunto a su lucimiento personal, y que un equipo de competición, es un colectivo cooperando. La coordinación y sincronización de acciones son de una necesidad perentoria en una serie de deportes y, por tanto, un elemento que aunque suponga la culminación de una etapa, no debe dejarse de lado.
Se deberá realizar un muy buen diagnóstico de cada chico como así también del grupo, y en base a ello preparar una planificación individual y grupal “coherente”. No demos por entendido ciertos aspectos (técnicos, tácticos, reglamentarios) que creemos que los niños/jugadores lo saben, pero que realmente la ignoran y no las expresan por miedo al ridículo.
Amigos, puede ser que compartan o no este trabajo, pero lo importante es que durante la etapa formativa del jugador trabajen sobre la formación integral del jugador, no sólo desde el punto de vista físico, sino también desde el conocimiento de las leyes del juego y de su aplicación durante el partido. Oscar Baruffato
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