domingo, 4 de abril de 2010
"Rosariazo"
Con una enorme actitud, atreviéndose a jugar, haciendo del tackle una bandera inclaudicable, el seleccionado de Rosario logró esta tarde una de sus victorias más importantes de los últimos años al vencer a Buenos Aires por 22-21 (4-1) en Benavídez. De esta manera los rosarinos juegan su chance de clasificar ante Noreste el próximo sábado.
Fue sin dudas el partido soñado. Rosario venía de una dolorosa derrota ante Córdoba. En la semana hubo que trabajar no solamente en lo técnico, sino en lo anímico para llegar ante Buenos Aires y producir lo que para más de uno era una misión casi imposible: ganar y entrar en juego por la clasificación.
Y así se planteó. Con dientes apretados. La enorme presión por ganar o ganar se la supo trasladar al rival. No dejando hacer. No regalando absolutamente nada. Multiplicándose al por mayor para no dejar espacios. Con un enorme espíritu solidario, Rosario fue edificando una victoria que en el arranque no se presentó nada fácil.
Buenos Aires se plantó decididamente en campo rival. Hizo valer su mejor scrum e inclinó la cancha a su favor. Por momentos tuvo cierta dinámica, manejó mejor el ruck y sacó provecho de los errores para sumar con el pie.
Pero bastó que Rosario pisara por primera vez campo rival, para que desde el line -su mejor fuente de obtención- partiera el movimiento que por la cola generó el hueco para la entrada de Cuneo y el pase final a Gatarello. Fue allí uno de los momentos claves del partido. Rosario se dio cuenta que jugando podía llegar; Buenos Aires también entendió que enfrente había un rival con mentalidad de ganadora.
Así se planteo el resto. Sin dar ni pedir tregua. El scrum para el dueño de casa; el line, pese a algunas desinteligencias, para la visita. Buenos Aires con buen control en el contacto, con pelotas rápidas en el ruck, pero Rosario tackleando a destajo, incluso adelantando la línea de tackle, presionando, reposicionándose enseguida, barriendo la marca hacia afuera para tener en el touch otro aliado.
Con el pie Mateo Escalante sumó y además se encargó más de una vez de poner el juego en campo rival. Y hasta el fondo porteño llegó la presión rosarina. De a poco Rosario empezaba a encontrarle la vuelta al partido, mientras que Buenos Aires comenzaba a mostrar cierta impotencia, poca creación.
Una pelota perdida, boyando, le dio la oportunidad a Bosch para meterse por el centro de la cancha y hasta los palos no paró. Un descuido, un error y Las Aguilas no perdonaron. Porque esa fue la tónica general, ya que solo el error podía generar una oportunidad, en un juego donde los espacios casi no existieron, más allá de algunos arranques desde el fondo de Miralles que sirvieron para inquietar a una defensa que, como todas, bajo exigencias, también puede fallar.
El complemento fue más de lo mismo. La marca rosarina siguió siendo implacable, sus forwards dieron batalla, controló en parte con el maul, se adueñó del terreno y siguió sumando de a tres. Empezó a jugar más el "ñandú" y de una intercepción de Lecot, en franco ataque, nació la jugada que terminó con Rohrer en el ingoal rosarino. Sin dudas baldazo de agua fría. Talvez en el mejor momento, Buenos Aires -como todo buen equipo- aprovechó su oportunidad y facturó.
Pero Rosario estaba dispuesto a no irse con la cabeza gacha de Benavídez. Sacó a relucir un espíritu de lucha que hasta ahora no le habíamos visto en la temporada. Tanto que hasta se dio el gusto de robar una pelota de un scrum porteño en sus propias cinco yardas. Otro momento clave, porque fue una pelota que parecía tener destino de try.
No se notó el hombre de menos. Las camisetas rayadas parecían ser más que las bordó. Buenos Aires intentó mover más la pelota, buscó usar todo el ancho de la cancha, pero no tuvo la profundidad necesaria para meterse y jugar dentro de la defensa rosarina. No encontró espacios. Y de contragolpe o con el pie, los dirigidos por Imhoff-Minoldo, mantuvieron el control del juego y del marcador.
Los minutos finales fueron desprolijos por el lado local y ordenados para la visita. Buenos Aires, con el reloj en contra buscó jugar, pero se quedó allí, en el intento. No tuvo claridad, tampoco sorpresa. Rosario lo esperó, aguantó a pie firme, puso el juego en mitad de cancha y con mente fría, pero el corazón muy, pero muy caliente, terminó construyendo una victoria enorme que lo pone en carrera buscando esa meta llamada semifinales.
Cancha: Newman, Benavídez
Arbitro: Javier Mancuso
Buenos Aires: M. de la Fuente, J. Caratti (ST.22m. P.Gambarini) y F. Lecot; J. Campero y N. Neyra (ST. 22m. J.Urtubey); M. Iachetti, S. Sanz y A. Cherro (ST.7m. G.Delgui); M. Torres y D. Suffern Quirno; P. Gómez Cora (cap), J. Domínguez, F. Vega y F.Bosch; F. Rohrer.
Suplentes: S.Moreno, L.Alcácer, A.Cordone y S.Montes.
Entrenadores: Joaquín Uriarte y Ramiro Varela.
Rosario: S. Sodini (ST. 20m. M.Massafra), F. Manavella (ST. 36m. W.Alderete) y J. Negrotto; P. Bouza (cap) y A. Schiavo; G. Dellavedova, P. Colacrai y J. Basso (ST. 32 M.Baravalle); P. Escalante y M. Escalante; F. Cúneo, N. Gatarello, A. Fradua y P. Iguri (ST. 37m. J.Imhoff); R. Miralles.
Suplentes: F.Massuco, M.Moliné y T.Carrió.
Entrenadores: Ricardo Imhoff y Gustavo Minoldo.
Primer tiempo:
4´ penal F.Vega 3-0
8´ penal F.Vega 6-0
12´ penal F.Vega 9-0
14´ try N.Gatarello, gol M.Escalante 9-7
20´ penal M.Escalante 9-10
27´ penal M.Escalante 9-13
32´ try F. Bosch, gol F.Vega 16-13
Segundo tiempo:
5´ penal M.Escalante 16-16
12´ penal M.Escalante 16-19
19´ try Rohrer 21-19
26´ amarilla F.Manavella (URR)
34´ penal M.Escalante 21-22
Autor: Carlos E. Bustos (enviado a Benavídez)
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