viernes, 3 de abril de 2009

Nicha, sin cassette



Jugosísima. Gonzalo Albarracín, DT de Buenos Aires, habló de todo con Rugby Fun: su posible renuncia, los constantes cambios entre los titulares, la obsesión que genera ganarle a las Aguilas y cómo lo afectó la salud de su hijo, Pancho. “Realmente tenemos que hacer autocrítica”, lanzó Nicha.




Todo tiene un final, todo termina. Una frase de la famosa canción Presente, de Moris, que sonó fuerte, fortísimo, en la recordada película Tango Feroz, estrenada en 1993. ¿Qué tiene que ver esto con el rugby? Lo que sucede es que la letra de este tema se aplica a al perfección con el concluyente reinado del seleccionado de Buenos Aires en el torneo Argentino de Uniones. Fueron tres años de festejos, pero en este 2009 Córdoba y Tucumán lo bajaron a tierra, tirando por la borda las ilusiones de conseguir el tetra.
Gonzalo Albarracín, uno DT de las Aguilas, junto a Marcelo Valesani y Joaquín Uriarte, atiende a Rugby Fun con la amabilidad de siempre, pero su tono de voz deja en evidencia su amargura por no haber podido retener el trono. “Realmente tenemos que hacer autocrítica, porque nunca pudimos formar el mejor equipo. Las giras, las convocatorias para el seleccionado de seven… todo influyó para que esto se diera así. Igualmente, las reglas son siempre las mismas. Todos quieren jugar en Buenos Aires”, lanza Nincha desde el otro lado del teléfono.
Fechas tras fecha, hubo muchísimos cambios en el equipo titular, ¿no hubiera sido mejor formar un solo grupo y no tener en cuenta a los que, por distintos motivos, no iban a poder ser parte de todo el proceso?
-Piensa- ¿Sabés lo que pasa? Si Buenos Aires arma un segundo o tercer equipo, generalmente pierde estos torneos. Además, si lo hubiéramos armado así y no lo ganábamos, nos criticarían por no haber puesto a los mejores cuando estuvieron disponibles. Yo creo que lo que nos faltó fue conducción...

¿Creés que el torneo se pierde en Hindú, cuando cayeron ante Córdoba?
No, no creo que haya sido así, porque lo de Tucumán fue un partido distinto; lo podríamos haber ganado. Buenos Aires jugó mucho mejor. Es más, creo que hicimos los mejores 60 minutos de todo el torneo. Tuvimos un scrum sólido, un line con variantes… muchos factores positivos. Lo que nos mató fueron las dos amarillas; y ellos supieron aprovecharlo muy bien porque sólo nos hicieron los puntos con dos tipos menos.
¿Creés que el hecho de que Buenos Aires haya quedado eliminado le vuelve a agregar otro condimento al torneo?
Mirá, acá lo tiene que ganar el mejor y punto. El tema es que todos juegan para vencer a Buenos Aires y no les importa cómo se le gana. Y me parece que esto es algo negativo. Se apela a infracciones, a penales, a cortar el juego… y eso va en contra del deporte, porque no nos ganan jugando un lindo rugby. Es más, creo que eso va en contra del rugby argentino.
¿Cómo es eso?
Pienso que la idea de todos los seleccionados debería ser colaborar con nuestro rugby. Por ejemplo, nosotros hablamos con Santiago Phelan -técnico de los Pumas- y nos comentó que le interesaba ver a Agustín Creevy como hooker. ¿Qué hicimos? Fuimos y lo probamos. Ahí tenés una pauta de que Buenos Aires colabora con el rugby argentino, que no juega para sí mismo, sin importarle nada más. Hay que sacarse las caretas…Nicha, se está hablando de que renunciaste, ¿esto es así?Está bueno aclararlo. El otro día, en sólo una expresión personal, dije que posiblemente se trataba de un ciclo cumplido, proque no pudimos defender el título y es de caballeros abrirse. Pero todavía no conversé oficialmente con la dirigencia de la URBA. Este es un tema muy serio que hay que charlarlo bien, y como te dije todavía no me reuní con Lalo -Galán, presidente de la URBA-.Pero para Nicha, además del gustito amargo por la eliminación en semis, también hubo otro factor extra rugbístico que lo tuvo en vilo: la salud de su hijo, el medio scrum Francisco. En un amistoso ante Mar del Plata, Panchito sufrió fractura de la 12da. vértebra y la rotura en los ligamentos supraespinoso y espinal posterior. Una situación delicadísima. “La verdad es que este torneo no lo pude vivir al 100%, porque estuve veintipico de días acompañando a mi hijo. Sinceramente, podría haber quedado mal de la lesión…”, explica el coach platense.
¿Hoy cómo lo ves?
Lo veo bien. Quizás, cuando ve rugby, se entristece, y ahí me pongo triste yo también. Fue una lesión que estuvo mal parida desde el principio. Pensá que en Mar del Plata le dieron el alta sin investigar bien qué tenía. Fue una locura. Ahora, por suerte, ya comenzó la rehabilitación y su intensión es volver a jugar; siente el rugby de una forma muy especial.
Supongo que también lo debe haber bajoneado el hecho de no poder estar a tus órdenes en el plantel…
Y eso es lógico. El fue suplente de Nico (Fernández Miranda) durante tres años y justo cuando iba a agarrar la titularidad, le pasó lo que le pasó. Pero bueno, es un tipo fuerte, que ama este deporte y, como le dijeron los médicos, va a poder seguir practicándolo.

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