No es un tema menor, pero pese a los intentos, el deporte argentino sigue en una nebulosa total y el rugby no escapa en algunos lugares a lo que acontece en el país. Es producto de la Argentina despareja que permite que los clubes “poderosos” concreten costosas giras al exterior de sus planteles superiores y/o juveniles, debatan con hipocresía la posibilidad de que haya becados y en otros lugares el “trabajo” impida viajar.
nacionales y/o provinciales” del deporte, hay numerosos jugadores, sobre todo en las provincias que o no pueden integrar sus seleccionados o al menos no pueden viajar fuera de sus lugares de origen por ”razones laborales”.
Esto para algunos es peor que estar en el Pladar.
La Argentina diferente , pasa de la abundancia y comodidad de los “poderosos”; a esta pobre realidad a la cual no escapa nadie.
Quien hace las leyes, quienes la aplican en nuestro país? Esta claro que los que las elaboran pondrán buena voluntad, pero les falta conocimiento de la materia o no se animan y los que las deberían aplicar generalmente miran hacia otro lado. Pero el tema no pasa exactamente por ahí. La amenaza del despido para el deportista laburante esta latente y en un país en donde el trabajo seguro casi no existe, es todo un dilema.
Los permisos conseguidos bajo presión no sirven y ponen en riesgo la estabilidad laboral. Es peor que estar en el Pladar, no lo duden.
Como se arregla esto?. Con normas claras, precisas, creíbles y aplicables para todos.
Que nadie quede privado de practicar su deporte amateur que muchos reclaman y lo dejan librado a la buena de dios. No solo hay que defender a los clubes formadores de jugadores. También hay que defender la materia primera, léase jugadores .
Alguno se puso a pensar lo que le cuesta en valores económicos una temporada a un jugador?. Sabe lo que paga de seguro solidario, fichaje, cuota social y deportiva en su club. Sería bueno que se informen. En la Argentina despareja la equidad no es un bien.
Atacar estos problemas es defender el deporte amateur , que muchos pregonan y pocos apoyan.
Tercer Tiempo
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