sábado, 12 de junio de 2010

Sipi Tau en la escuela


Fue una mañana diferente para los chicos de la escuela del Club Atlético Estudiantes de Paraná que esperaban la visita de los jugadores del M20 de Tonga. Jamás se imaginaron que el encuentro sería tan productivo y la misma sensación quedó para los rugbiers. También hubo acciones de legado en CRAI, La Salle, Santa Fe RC y Universitario de Santa Fe.

EN PARANA
La actividad del Legado que implementa el IRB en el marco del Junior World Championship fue tan fructífera como hace cuatro días.

Esta vez se desarrolló en esta escuela paranaense donde concurrió el plantel completo de Tonga, para conocer a los alumnos y difundir el juego y su espíritu.

"No imaginábamos que sería así, nos encantó. Aprendimos muchas cosas de ellos. Su cultura, cómo viven, lo que comen. Nos contaron un montón de cosas que ni nos imaginábamos. Fue muy interesante", dijo la joven Catalina Stipech, que cursa el cuarto año del Colegio N° 181 del CAE de la ciudad de Paraná, uno de las tres sedes donde se juega el Mundial.

"Es muy buena la idea del Legado. Para nosotros que somos un país pequeño es muy importante", aseguró a su vez el head coach tongano Nili Tu´ipulotu, quien además agregó: "Se ha hecho un muy buen trabajo con esto y se beneficia a los países más chicos".

"Welcome Tonga", rezaban los retazos de hojas de los estudiantes más pequeños donde hacían estampar la firma de los jugadores, que lo hicieron con alegría y disfrutando el momento.

Fue un intercambio provechoso. De ambos lados quedaron más que conformes y muchos se emocionaron con la experiencia. El momento de mayor emoción fue antes de la calurosa despedida, cuando los chicos cerraron un gran círculo en el patio del colegio para que los jugadores bailaran el Sipi Tau, la clásica danza de guerra característica de Tonga.

Previo a ello, el manager de Tonga le entregó un obsequio en nombre de la delegación a la directora de la escuela, Marita Bordenabe.

Pero antes pasaron otras cosas, muy interesantes ellas, en este colegio que alberga a unos 500 estudiantes de los niveles primario y secundario.

Compartiendo el aula
La llegada del plantel a media mañana fue cautelosa. Nadie sabía bien de qué se trataba la cuestión. Pero rápidamente fluyó el espíritu del rugby y la cita se transformó en un encuentro amistoso.

En grupos de tres o cuatro, los jugadores fueron ingresando a las aulas. Algunos se sentaron en los pequeños bancos y respondieron preguntas de los chicos. Otros, escribieron en el pizarrón algunas rarezas de su país. Y hasta en la sala de música se compartió un baile de ocasión. De uno y otro lado afloró la confianza y en pocos instantes la escuela entró en ebullición.

Había que ver la cara de felicidad de los jóvenes de Tonga, que todavía no pasan los 20 años y también la de los alumnos que no ocultaron su alegría.

"Los chicos están muy entusiasmados. Los más chiquitos de la primaria pedían autógrafos y los del secundario se interesaban preguntando por la vida y las costumbres en Tonga, y también hablaron de las nuestras", resumió Marcela Raspini, profesora de inglés que además valoró la iniciativa implementada por el IRB. "Me parece que es una muy buena manera de fomentar el deporte y que los chicos vean y aprendan sobre la cultura de otros lugares. A nosotros gustó mucho", agregó la docente.

En el mismo sentido se manifestó su colega, Gabriela Graizzaro, quien indicó: "Todos los profesores estuvimos sorprendidos por la actitud positiva de los chicos al recibir a gente que no conocía. Para nuestra escuela, que tiene como pilares el inglés y el deporte, nos viene fantástico. Fue una experiencia única, enriquecedora y un encuentro muy humano. Esta iniciativa le da un incentivo enorme tanto a los que juegan al rugby como los que no. Fue muy positivo para los dos lados", completó la maestra.

La palabra de los alumnos
También hablaron los chicos de esta experiencia. "Me encantó que vinieran los jugadores porque así conocemos la cultura de ellos y practicamos un poco el idioma. Hablamos de lo que hacen, qué comen, donde queda Tonga y muchas otras cosas sobre su cultura.

La verdad que me pareció increíble. Yo la pasé re bien, dijo la joven Belén Díaz, de 16 años. Su compañera de curso, Carla Petitti, relató: "estuvo bárbaro porque pudimos usar el inglés. Además aprendimos muchas cosas del lugar de donde vienen. Cómo viven, de qué trabajan, si tienen semejanzas con nosotros. Por ejemplo le preguntamos si tenían Facebook, y casi todos nos dijeron que sí. Ellos además se sorprendieron de que nosotros comiéramos carne de vaca todos los días".

Por su parte, Octavio Uranga, que además es jugador de rugby en la categoría de Menores de 14 años del club Estudiantes, comentó: "me sorprendió totalmente esta visita. No pensé que sería así. Estamos todos enloquecidos con los jugadores de Tonga. Hablamos con ellos y aprendimos un montón de cosas. Por ejemplo nos dijeron que hablan como seis idiomas, entre ellos el japonés y que lo hablan muchos. Me encanta que vengan los jugadores a las escuelas porque eso también sirve para fomentar el rugby".

A su vez, Juan Hipólito Campos, también rugbier, pero de la división de Menores de 16 años, indicó: "Está muy bueno esto para nuestra escuela, aprendimos muchas cosas. Por ejemplo nos explicaron dónde queda Tonga, porque casi nadie sabía. Cómo se vive allá, la cantidad de habitantes y otras cuestiones geográficas. Me encantó que vengan. Me parece bárbaro porque pudimos hablar e interactuar con ellos. Está muy bueno".

Los jugadores, contentos
El segunda línea del equipo tongano, Alfred Pinomi, se mostró muy satisfecho con esta visita. "Para mí es sorprendente y especial ver niños tan chicos que estén tan conmocionados con nosotros y que nos conozcan. Me pone feliz estar acá y ver a los chicos tan contentos por nuestra visita. La verdad que es muy buena esta actividad y espero que esto sirva para incentivar el juego y que haya más jugadores de rugby".

Similares conceptos expuso su compañero, Langitoto Tonganoa. "Para mí fue la visita más sorprendente que hicimos y me sorprendió la actitud de los chicos. Tuvimos un encuentro muy lindo. La gente es muy amigable en este lugar y me gustó mucho".

Finalmente, el capitán del equipo Seilame Tuku´afu, señaló: "Es la primera vez que hago este tipo de cosas y me pareció muy interesante. Estamos contentos por el recibimiento que tuvimos de los alumnos. Nos hizo muy bien estar en contacto con la gente e interactuar en muchas cosas. Fue muy interesante".

Así se fue pasando la mañana. Pegaba ya el tibio sol del mediodía cuando llegaba la despedida con muchos de los pequeños al borde de la emoción. Los chicos en medio del jolgorio poblaron el patio y los jugadores volvieron hacia el hotel.

Jugadores y alumnos vivieron una jornada diferente y poco convencional, donde por un rato la cultura se globalizó. El rugby se alejó por un momento del juego, salió de la cancha y se metió en escuela. Y allí, en poco tiempo todos aprendieron.

EN SANTA FE
Mas de 30 chicos de hasta 15 años, con la compañía de entrenadores, directivos del club y familiares, realizaron esta noche una nueva jornada organizada por IRB de las denominas “Legado” , junto a los integrantes de las delegaciones que se encuentran alojadas en Santa Fe disputando el IRB Junior World Cup Championship.

A la vera de la autopista, donde se encuentran las instalaciones del CRAI, chicos de las categorías inferiores del club, tuvieron la posibilidad de disfrutar las diferentes actividades de enseñanzas que brindo el seleccionado de Fiji.

Uno de los que tuvo mas participación esta noche fue el entrenador del conjunto isleño quien en todo momento se mostró muy feliz por esta posibilidad de transmitir vivencias de este deporte.

“Me siento muy orgulloso de poder realizar estas actividades, este deporte deja enseñanzas que forman una persona para toda su vida”, comentaba el head coach fijiano Heron Vereivalu, mientras sus jugadores compartían una “tocata” coN los chicos.

Chicos y grandes disfrutaron
Vale destacar que el plantel superior del CRAI, quien como todos los jueves a las 9 realiza su entrenamiento en el club, participó de forma positiva para que la actividad saliera de forma excelente. El capitán del plantel superior Ignacio Haeffeli formó parte del plantel de Los Pumitas que en el 2002 disputó el mundial juvenil en Francia, con una excelente participación del equipo argentino (perdió en semifinales con Sudáfrica).

“La alegría que tienen los chicos fijianos me hace acordar mucho a cuando me tocó integrar plantel que viajó al mundial juvenil; es una experiencia única. Ojalá que los chicos que recién suben al plantel superior, que tienen la misma edad que ellos, puedan aprovechar de este entrenamiento, porque es una edad que a lo mejor es difícil enfocar la atención en el rugby y sin embargo los fijianos pareció que ya son todos profesionales, cuando no es así”; dijo el ex pumita.

Otro de los que disfrutó de las enseñanzas fue el capitán de Fiji, Severo Domoni... “Aunque tengamos diferentes idiomas, el motivo que nos une esta noche es el mismo, el Rugby. Nos pone muy contentos que nos escuchen con tanta atención y que luego salgan a mostrar en la cancha lo que enseñamos. Estamos muy agradecidos con el apoyo que nos dio la gente en el primer partido, creemos que esta es una buena manera de devolverle ese gesto” concluyó el segunda línea.

Para finalizar con la actividad, los jugadores fijianos se prestaron para enseñarles a los chicos su danza guerrera denominada “Cibi”, que fue ovacionada por los presentes.

Más legado
Por otro lado, pero con la misma finalidad se realizaron actividades similares en los clubes de La Salle con la presencia de la delegación de Samoa; en Santa Fe Rugby con los Baby Black y en Universitario con el conjunto europeo de Gales.

En total y pese al día de semana, más de 100 chicos disfrutaron de las actividades, que se vienen realizando durante todo el año en la región litoraleña.



Fuente: IRB

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