martes, 17 de noviembre de 2009

UN HISTORIA PARA DESTACAR


La arenga antes del amistoso con Pueyrredón. Perdieron 35-5. Apenas un detalle. A Marquitos no le alcanzan sus ojos ovalados para ver todo eso que tiene adelante. Esa inmensidad de mar, que acá en la orilla le besa sus pies llenos de arrena tras la tocata en la playa y allá lejos se funde con esa otra inmensidad que es el cielo celeste de Mar del Plata, lo desborda. Como lo desborda la emoción de ver por primera vez el mar. A los 22 años. Y gracias a una pelota de rugby. Una emoción que se contagia y embarga a todo el plantel de Mataderos Rugby club, unos 26 chicos de barrios humildes de la zona oeste de Capital, que que este fin de semana vivió su "primera gira" y volvió feliz de la vida para contarlo.

Lejos de las grandes luces del rugby, de vueltas en elefantes y festejos con champagne francés, Mataderos Rugby Club construye un sueño más modesto pero apoyado en los viejos valores del deporte de la guinda. Con las dificultades que imponen las limitaciones económicas y la realidad de chicos que provienen de barrios pobres de los alrededores de Mataderos, a pesar de todo, los coach-dirigentes-capitanes del equipo se embarcaron en el proyecto y se salieron con la suya: "Hace tres años que estamos con esto del rugby en Mataderos, trabajando con chicos de barrios humildes, para mostrarles otra realidad a través del deporte y para inculcarles los valores que propone este juego. Pero queríamos algo más. Y las giras son lo más común para cualquier equipo...

Algunos clubes van a Ushuaia, o al exterior, nosotros conseguimos hacer nuestro primer viaje a Mar del Plata. Y fue una experiencia increíble", relata Alexis Rudman, uno de los impulsores del proyecto, junto a Gastón Avendaño, Sapo Chierasco y Gastón Amicone, los encargados de los entrenamientos, el cuidado físico de los chicos y de gestionar un espacio físico y la personería que algún día les posibilite ingresar a la órbita de la Urba.

A través de rifas, el aporte de negocios del barrio (repuestos Riano y el taller Guido Hermanos) y la colaboración del gremio Sosba (sindicato de Obras Sanitarias) que les consiguió dos noches de hotel en el centro, y tras ocho horas de viaje en el clásico ómnibus escolar naranja, el equipo llegó a la tierra prometida el viernes a la medianoche, el sábado hubo intercambio de banderines y amistoso con el anfitrión Pueyrredón y el domingo todos emprendieron el largo regreso con una sonrisa gigante. Además, claro, el bonus track fue esa visita al mar que para muchos de esos 26 pibes de barrios como Ciudad Oculta, Villa Madero, Mataderos, Lugano, Piedrabuena, Villa Insuperable y Morón fue la primera vez.

¿Cómo salió el partido? Mataderos perdió 35-5. Pero... ¿Seguro que perdió?

Fuente: Olé

Martes 17 de Noviembre de 2009

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