
02/12/2008 | En el año 1988, nadie quería hacerse cargo del muerto. El Seven de la República había nacido tímidamente en 1982, en que un ignoto Invitación VII se lo adjudicó en Buenos Aires. Pasó por Mar del Plata y Villa Gesell, pero su éxito fue limitado y ya nadie quiso organizarlo. A fines de ese año 87 apareció mi amigo Eduardo Tenca con la idea de traerlo a Paraná, yo me sume a la iniciativa y en febrero del 88 se instaló en El Plumazo.
Había que estar un poco loco para semejante iniciativa, pero mi amigo Gata, no se fijó en los problemas y así comenzaron las primeras llamadas telefónicas a Buenos Aires, que aunque cueste creerlo tenían demoras de hasta siete o 10 horas para establecerlas y por ahí era más fácil agarrar el auto y partir a la Capital Federal. Así lo hicimos y juntos diagramamos y ejecutamos a mano (las PC las mirábamos desde lejos o por fotos), que contó con solo dieciocho seleccionados que tuvieron fe en lo que se hacía desde una Unión chica y con pocos años de existencia en el almanaque, pero muchísimos en la actividad. No había televisión que achicara costos y todo se hacía con un enorme esfuerzo humano y la Gata corria de un lado a otro, sin dejar nada librado al azar. Por suerte para el y nosotros, las improvisaciones prácticamente no existían.
El Gata Tenca fue el gran visionario y es el gran culpable que el Seven de la República se juegue en Paraná.
Por supuesto que contó con el apoyo inestimable de las autoridades de la época, pero si no hubiese sido por su empuje y determinación, nada se hubiese logrado.
Yo me metí de cabeza en lo que proponía quien había jugado conmigo muchos años en la primera división de Tilcara y así fui el primer jefe de prensa de la cosa y también junto a mi amigo encargado de la mesa de control, locutor y dirigente.
En estos años que se cumplen en Paraná nada fue fácil. En 1990 se lo pasó a fin de año y hubo quienes lo apoyaron y quienes no estuvieron de acuerdo; En 1991 pareció que todo se caía y no se pudo realizar, pero al año siguiente surgió con más fuerza y salvo la decisión “política” de no hacerlo en el 2005, este año cumple sus bodas de Plata. Son 19 ediciones en Paraná, en veintiún años del calendario. Y aquí estamos.
Cuando el éxito comenzó a sonreír, los depredadores de siempre estuvieron al orden del día, pero la firma voluntad de los paranaenses y el compromiso asumido en Paraná por las Uniones del país, frustraron los intentos.
Mi amigo Gata sigue como espectador; muchos más anónimos de siempre pero firmes a la hora de colaborar siguen estando. A mí, en un año me reemplazó la tecnología y la “voz del rugby” (Roni Amore) se hizo cargo de la locución, aunque en algún sábado por la mañana debí suplirlo con gusto.
Las nuevas generaciones fueron llegando y si bien abandoné la doble cobertura dirigencial y periodística de tantos años, sigo en la brecha informando y recibiendo complacidos a los colegas que desde todos los puntos del país llegan a Paraná. Es seguro que sea mi último Seven a pleno en mi función periodística, pero seguiré presente hasta que las fuerzas me abandonen.
El seven de la República , es un hijo dilecto de Paraná por eso lo cobijamos, lo defendemos y protegemos. Con orgullo hoy puedo decir que soy el único periodista que ha estado presente en todas las ediciones del Seven de la República en Paraná y ahí cerquita me sigue mi amigo Jorge Mazzieri, ausente en pocas ocasiones.
Gracias Gata por tu perseverancia y fuerza. Podemos disentir en muchas cosas, pero sos un grande para el rugby paranaense y Argentino.
En la foto, Eduardo Tenca, primero de la derecha, casi de espalda en función directriz de su otra pasión, la pelota a mano.
Tercer Tiempo
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